El «flujo ahorro-inversión» es la transferencia de recursos entre oferentes (ahorrantes) y demandantes de fondos (inversionistas). Este flujo es lo que permite el desarrollo económico, al poner los recursos al servicio de las inversiones productivas.
La diferencia entre los ingresos y los gastos de consumo de una persona o de una familia se llama ahorro. El ahorro ayuda a proteger el nivel de vida de las personas ante situaciones de pérdida de ingresos o posibles reducciones en el ingreso futuro, como la cesantía; o ante el aumento imprevisto de los gastos debido, por ejemplo, a una enfermedad. Permite también un consumo más estable en el tiempo, mejorar el ingreso futuro acumulando capital hoy y prever posibles mayores gastos futuros, como por ejemplo la educación de los hijos o dejar a los descendientes una herencia mayor. Además, el ahorro permite acceder a bienes que tienen un costo importante en relación con el ingreso personal o familiar sin recurrir al endeudamiento.
Una vez que se ha logrado formular un plan de ahorro con un propósito determinado, se requiere invertir el dinero ahorrado con el fin de obtener una ganancia y, de esa forma, proteger su poder adquisitivo respecto de la inflación y hacer que logre una cierta rentabilidad.
Es importante tener en cuenta que una inversión sólo es exitosa cuando satisface los objetivos de quien la realiza, por lo que al momento de elegir dónde invertir, es necesario considerar cuál es el riesgo que se está dispuesto a asumir y la rentabilidad que se espera obtener.
Es importante tener en cuenta que habrá períodos en que se pueden aprovechar buenas oportunidades de inversión y otros en que el mercado no será especialmente atractivo para las inversiones, lo que a la larga permite compensar las fluctuaciones y obtener retornos más estables. Por esta razón, si tiene un horizonte de ahorro de largo plazo y no le gusta correr riesgos, es recomendable que ahorre periódicamente e invierta de manera constante.
Para tomar una buena decisión es necesario informarse acerca de las alternativas de inversión para poder comparar la rentabilidad que ofrecen, el riesgo, las facilidades para rescatar su ahorro, los costos de administración y transacción involucrados, entre otras consideraciones. Existen variadas opciones para obtener la información que necesita, a través de instituciones financieras como administradoras generales de fondos, corredores de bolsa, agentes de valores, compañías de seguros, bancos, los reguladores, por mencionar algunas, las que pueden otorgarle información sobre los portafolios de inversión que ofrecen, los tipos de instrumentos en que invierten, los horizontes de tiempo de sus inversiones, etc.
Antes de invertir debe tener claro cuáles son sus objetivos, qué es lo que quiere obtener con este ahorro. Por ejemplo, si quiere ahorrar dinero para las próximas vacaciones o para arreglar su casa, está pensando en objetivos de corto plazo. En cambio, si sus objetivos tienen que ver con reunir el pie para comprar una casa, con el financiamiento de la educación futura de sus hijos o ahorrar para mejorar las condiciones de jubilación, se trata de objetivos de mediano o largo plazo.